Autismo y sexualidad

Más de 140 personas asociadas a APNABI Autismo Bizkaia han participado en una jornada celebrada en Bilbao en la que se ha analizado el papel que desempeñan las familias en la educación afectivo-sexual de sus hijos e hijas con trastorno del espectro autista (TEA).

La jornada, titulada “Autismo y sexualidad”, se enmarca en las actividades que se llevan a cabo en el AULA APNABI, una iniciativa que tiene como finalidad promover la formación de las familias de personas con TEA y profundizar en el conocimiento de las situaciones que afectan a este colectivo en las distintas etapas de su vida.

La jornada, que ha sido presentada por Mikel Pulgarín, presidente de APNABI, ha contado con las intervenciones de Susana Valladolid (responsable del servicio de vivienda de esta Asociación, licenciada en Psicología y master en Integración de personas con discapacidad, en Sexología y educación sexual y en Psicoterapia familiar y de pareja) y de Carlos de la Cruz (doctor en Psicología, sexólogo, jefe de Promoción de la Salud del Ayuntamiento de Leganés, Madrid, y codirector del Master “Especialista en Sexología” de la Universidad Camilo José Cela).

Susana Valladolid ha expuesto en su ponencia las actuaciones principales que se llevan a cabo en el ámbito de la educación afectivo-sexual, y ha destacado la importancia de una implicación conjunta entre familias y profesionales que contribuya, desde los dos ámbitos, a una verdadera educación sexual.

Carlos de la Cruz, por su parte, ha destacado ante las familias de APNABI la necesidad de que la sexualidad de las personas con TEA salga de los ámbitos de lo escondido, de lo prohibido o del miedo. “No hay sexualidades de primera o de segunda; la sexualidad de las personas con autismo debe estar al lado de las del resto, compartiendo el mismo espacio” ha señalado. “Para poder entender este hecho —ha añadido— es importante despojarse de las ideas de que sexualidad equivale a relación sexual y de que esta es igual a coito”. “La sexualidad —ha afirmado Carlos de la Cruz— está en todas las personas, incluidas las que tienen TEA, mantengan o no relaciones sexuales. Además —ha añadido— está en todo el cuerpo y es distinta en cada caso, como lo es la forma en que las personas se sienten en su condición de hombres o mujeres, homosexuales o heterosexuales, aunque a veces resulte muy complicado aproximarse a sus vivencias”.

El ponente ha señalado que los deseos y necesidades también son distintos en cada persona. “Por eso —ha afirmado— en algunas puede parecer que existe mucho interés y, en otras, poco o nada. Todas las posibilidades, incluidas las que están en medio, son legítimas”. Con respecto a la educación sexual de las personas con autismo, Carlos de la Cruz ha destacado la contribución necesaria de las familias, que debe estar orientada a lograr que sus hijos e hijas, independientemente de su edad, aprendan a conocerse, aceptarse y sentirse aceptados, y a expresar la erótica de modo satisfactorio.

“En esa misma dirección —ha dicho—deben avanzar los profesionales, el voluntariado y el personal sanitario. En este tema también toca hablar de corresponsabilidad”. El AULA APNABI es una iniciativa destinada a promover la formación de las familias de personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA) y desde la que se abordan las situaciones que afectan a este colectivo en las distintas etapas de su vida. El proyecto se apoya en el conocimiento de técnicos y expertos en diferentes disciplinas, que intervienen en calidad de ponentes.

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