APNABI impulsa la reflexión sobre la importancia de un sistema de salud adaptado a las necesidades de la personas con autismo y sus familias

APNABI Autismo Bizkaia ha celebrado este jueves, 27 de marzo, la jornada divulgativa «Hacia una salud inclusiva», un encuentro que ha reunido a más de 350 personas, entre profesionales, familias y personas con trastorno del espectro del autismo (TEA), para analizar los avances y desafíos en el acceso del colectivo a la atención sanitaria.

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La apertura del evento ha corrido a cargo del presidente de APNABI, Mikel Pulgarín, y Alberto Martínez, consejero de Salud del Gobierno Vasco.  Pulgarín puso de relieve en su intervención la importancia de promover una atención sanitaria adaptada a las necesidades de las personas con autismo. Además, compartió algunos de los proyectos en los que trabaja y colabora la asociación en ese sentido, como la tarjeta sanitaria preferente, el Pacto Vasco de Salud, o la formación y orientación que imparte a profesionales de varias OSIs. El Consejero, por su parte, puso en valor los avances que se están llevando a cabo en esta materia, y se mostró dispuesto a seguir trabajando en ellas.

La jornada continuó con la ponencia principal “Investigaciones recientes vinculadas al autismo”, impartida por José Ramón Alonso, catedrático de Biología Celular de la Universidad de Salamanca y director del Laboratorio de Plasticidad Neuronal y Neurorreparación del Instituto de Neurociencias de Castilla y León. 

En su exposición, Alonso resumió algunas de las conclusiones de las últimas investigaciones en autismo, como la menor esperanza de vida de las personas con TEA o el mayor riesgo de cometer suicidio, a menudo vinculado a una baja calidad de vida. En ese sentido apeló a la responsabilidad colectiva de construir una sociedad más inclusiva, que ofrezca apoyos y oportunidades en todos los ámbitos: educativos y de formación, de ocio, vida independiente y, por supuesto, atención clínica y sanitaria.

En esa misma línea, destacó la importancia de poner en valor la investigación y evidencia científica, así como incrementar la concienciación en contra de la pseudociencia. Frecuentemente se ofrecen sustancias o terapias sin ningún fundamento -a menudo a precios muy elevados- a las personas autistas y sus familias induciendo a engaño para obtener beneficio económico. 

Sin embargo, a trasladado un mensaje esperanzador: “Estamos en ello. Aunque la ciencia no de sus frutos de inmediato y haya que respetar los tiempos para hacer las cosas con seguridad, es importante ponerla en valor”. 

Además, desarrolló una mesa redonda titulada «Autismo y Sistema de Salud: buenas prácticas y áreas de mejora», en la que participaron Raquel Sedano, directora clínica de APNABI; Manuel Ibáñez de Aldekoa, padre de una persona con autismo; Irene Gutiérrez, médica de Atención Primaria de pediatría en Muskiz; y Susana Valladolid, directora de hogares de APNABI. 

A través del relato de sus experiencias, Ibañez de Aldekoa y Valladolid pusieron de relieve las dificultades que presentan las personas con autismo en su relación con el sistema de salud. Estas suelen estar vinculadas a las dificultades de comunicación -algunas personas no tienen lenguaje- o la rigidez, características de las personas autistas. Esto resulta en importantes dificultades para comunicar un dolor o para desarrollar una prueba médica, que aunque sencilla -como una revisión bucodental, radiografías o una extracción de sangre- en ocasiones no son posibles sin una sedación.

Gutiérrez expuso la buena práctica que llevan a cabo en su ambulatorio. A partir de la escucha y la personalización, hacen uso de pictogramas o apoyos comunicativos para favorecer la anticipación a las personas con autismo. Además, se apoyan en los intereses personales de niños y niñas para hacer de las consultas un espacio y un momento más amables. Valladolid subrayó la importancia de este tipo de iniciativas, pero reivindicó que “no pueden desaparecer cuando desaparecen las personas”. 

Además, las principales conclusiones de la mesa redonda pasaron por la importancia de la formación específica en autismo para profesionales sanitarios, así como la necesidad de desarrollar protocolos para adaptar los servicios y garantizar así una atención accesible y de calidad.

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