APNABI Autismo Bizkaia reunió a 500 personas en la Gran Fiesta de Verano, que tuvo lugar el sábado 22 de junio en las instalaciones del Colegio Jesuitas de Indautxu, en Bilbao. Personas con autismo, sus padres y madres; hermanas y hermanos; abuelas y abuelos y otros familiares y amigos disfrutaron de una jornada de celebración en la que los juegos, la música, las competiciones deportivas y la paella fueron la excusa para compartir un día completo de confraternización.
A media mañana, cuando el sol alcanzaba su cenit, las familias fueron llegando a las instalaciones colegiales. Recibidas por otros familiares voluntarios —madres y padres de APNABI que mantienen encuentros periódicos en el marco de un proceso de dinamización asociativa— accedieron al magnífico patio donde se distribuían los toboganes, castillos y otros juegos hinchables que pronto se llenaron de criaturas dispuestas a disfrutar. Causó furor la barredora mecánica, una atracción que simula un reloj acolchado con dos largos brazos a modo de agujas que giran y ponen a prueba el equilibrio de quien acepta el desafío. Viene a ser algo así como una versión dulce de “humor amarillo”.
A pesar del sol intenso, se poblaron las canchas de baloncesto, los espacios dedicados a los talleres de pintura y pintacaras, el photocall y el photomaton. En un extremo del patio, bajo las lonas de una carpa-pérgola, el set del programa de vida saludable de APNABI se convirtió en foco promocional de la práctica deportiva e inclusiva y de una alimentación equilibrada. A cubierto, en uno de los dos frontones del colegio, las personas de más edad, adolescentes incluidos, se concentraron en torno a los dispositivos tecnológicos: un juego de realidad virtual, con su escafandra; simuladores de carreras de coches, que no dieron abasto para atender las peticiones; y una competición de láser tag, en la que se emulaba un combate guerrillero con fusiles de plástico que emiten un rayo de luz infrarroja, similar al paintball, aunque más sofisticado y sin pintura; más limpio.
Poco antes del toque de fajina, el presidente de APNABI, Mikel Pulgarín, se dirigió a las familias a las que recordó la razón de ser de la asociación, lograr un futuro mejor para las personas con autismo, y les animó a compartir su realidad e inquietudes y a sumar para conseguir entre todos y todas una organización más fuerte y dotada de más recursos.
Y, por fin, llegó la paella. Mesas corridas y sillas de cervecera ocuparon la cancha del segundo frontón, también cubierto, para disfrutar con comodidad de una comida propia del verano y, entre bocado y bocado, de la tertulia. Tras el plato de arroz, se sirvió el pollo y, a continuación, una tarrina de helado de vainilla y chocolate que remató el menú de celebración.
La Gran Fiesta tuvo su continuación en la sesión de tarde, que dio mucho juego. La fiesta de la espuma dio paso a competiciones de sokatira, un concurso de lanzamiento de txapela y carreras de txingas, donde las pesas se sustituyeron por prácticos bidones de agua… Todas y todos los participantes ganaron y, en consecuencia, recibieron su medalla correspondiente. Pero cuando parecía que la fiesta se acercaba a su ocaso, llegó la función de circo a cargo de Zirkodomoa, con un espectáculo sobre bicicletas, un juego de espadas y otras disciplinas malabares en las que la colaboración de Ritxar resultó fundamental.
El karaoke fue el remate de la celebración. Elena, en funciones de animadora, y Fredi, al mando de la técnica, supieron dirigir con orden las múltiples peticiones musicales, entre las que predominaron los hit parade de los años 70. El cronista y el fotógrafo se despidieron cuando la concurrencia interpretaba el tema estrella de Luis Fonsi y, así, despacito, dejaron el colegio de Indautxu mientras la fiesta continuaba.
APNABI agradece profundamente al Colegio Jesuitas de Indautxu la cesión de las instalaciones que han hecho posible la celebración de la gran fiesta de verano en el centro de Bilbao, su disposición y las facilidades recibidas para organizar este evento familiar. Mila esker!