APNABI se llena de fiesta en Navidad

La gran fiesta de Navidad de APNABI ha superado, una vez más, todas las expectativas. El último encuentro del año se ha consolidado como lo que es, una gran oportunidad para celebrar una reunión de carácter familiar, donde se derrocha alegría y ánimo exaltado.

El aforo del parque temático Tximipark, el nuevo escenario en el que estaban convocadas las familias de APNABI, se completó en la tarde del viernes día 20 de diciembre. Sus piscinas de bolas, los toboganes entre palmeras, la zona de juegos de realidad virtual y carreras de automovilismo se llenaron de niños y jóvenes que disfrutaron de un ajetreo compartido, entre gritos, saltos y risas propios de toda fiesta que se precie de tal.

No es de desdeñar la energía que derrocharon los participantes en el karaoke, animados con maestría por Arthur y Rosalín, ni la manifestación de los mejores deseos que proclamaron, micrófono en mano, los más osados, alguno de los cuales llegó a pedir un viaje a Tenerife para todas las personas del Imserso y, de paso, se incluyó entre los beneficiarios de la solicitud, junto a sus amigos, al tiempo que sugirió las características que podría reunir el complejo hotelero en el que se alojarían.

Ya en la tierra, donde generalmente los buenos deseos se asocian con la voluntad de alcanzar la felicidad, la vicepresidenta de APNABI, Begoña Álvarez, transmitió a todas las familias presentes en la fiesta un objetivo fundamental: que el próximo año todos y todas estemos nuevamente juntos. Además, en su breve discurso institucional, abogó por conseguir los recursos necesarios para continuar con una planificación de actividades creciente en una organización que ya supera las 1.200 familias asociadas.

La propia vicepresidenta, junto al gerente Natxo Ruiz Azcona, presidió el sorteo que siguió a sus palabras. Fue la mano inocente de la pequeña Adelín la que extrajo de la urna la papeleta número 72, que llevaría la fortuna, en forma de jamón, a la familia agraciada. A continuación, como es habitual cada vez que las familias de APNABI celebran un encuentro, los chicos y chicas del Restaurante Zazpi, de la asociación “Entremanos”, dedicaron a los asistentes su particular homenaje gastronómico, que se desarrolló en el ambigú. Sus habilidades en la elaboración y el servicio de los pintxos y canapés dejaron huella, nuevamente, en los paladares de todos y alimentaron las tertulias con las que se reforzó la confraternización y los sentimientos de unidad.

Entretanto, en el otro extremo del Tximipark, Olentzero, que ya había hecho acto de presencia, recibió las peticiones de pequeños y pequeñas —y de los demás— mientras los altavoces llenaban el recinto de villancicos tradicionales y otros temas de más actualidad. Aunque el mitológico carbonero presentaba un aspecto algo desmejorado, con una barba que amenazaba con despeñarse, todos y todas salieron contentos del encuentro, con una gran sonrisa y las manos llenas de golosinas.

¡Zorionak!

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