Casi 100 profesionales de APNABI participan en las jornadas internas de Buenas Prácticas

APNABI Autismo Bizkaia ha retomado este mes de noviembre las jornadas internas de Buenas Prácticas, dirigidas a profesionales, con una asistencia que ha superado las 100 personas. La última edición de estos encuentros anuales tuvo lugar en 2019, y desde la pandemia por la COVID-19 no se habían vuelto a celebrar.

Las sesiones persiguen reforzar la compartición de conocimiento, y para ello se organiza la presentación de varios proyectos e innovaciones por parte de los equipos. APNABI Aretoa, el centro de atención diurna de Iralabarri, acogió este miércoles día 22 la primera sesión, la próxima será el miércoles 29. En total, se realizarán 14 presentaciones.

📸 → A través de este enlace puedes ver las fotografía de la primera jornada.

Ponencias a cargo del equipo profesional

Susana Valladolid, directora de hogares de APNABI, e Iban Huarte, director de APNABI LAN, abrieron esa primera jornada en nombre de Equipo Técnico de la asociación destacando la importante participación de profesionales. También quisieron subrayar las características de buena Buena Práctica: «Van más allá de una buena atención o un apoyo adecuado, algo que debe existir siempre en la práctica profesional», y que «se tratan de iniciativas innovadoras, efectivas, sostenibles y replicables». En ese mismo sentido, pusieron en valor este tipo de encuentros encuentros, pues contribuyen de forma significativa a la transferencia del conocimiento y al refuerzo de las buenas prácticas en el apoyo a las personas con autismo en su proyecto vital.

La primera presentación corrió a cargo de Noemi Tetua, profesional docente del Colegio Aldamiz, y Ainhoa Basarrate, responsable de comunicación de APNABI. Ambas forman parte del grupo de trabajo que desarrolla el proyecto ‘Elkar ikasten’, fruto del concurso de ideas de innovación Ideia Sariak 2022, y que dará lugar a una colección de vídeos sobre diversas temáticas relacionadas con el modelo APNABI para contribuir a su transmisión.

Rocío Rodríguez y Markel Ría tomaron el testigo en la segunda exposición. Ambos son parte del equipo del Centro Ocupacional Azlan de la asociación y destacaron el proyecto a través del cual ofrecen prácticas profesionales a personas con TEA. Rodríguez subrayó que trabajan en colaboración con centros de estudios con el objetivo de generar «una experiencia satisfactoria y significativa de cara a su itinerario personal, ofreciendo un programa específico y centrado en cada persona». Ría comentó que «participar en diferentes actividades les permite descubrir sus intereses sociolaborales» así como «conocer de forma práctica las habilidades y competencias que exige un entorno laboral estructurado, con apoyos especializados  y conocedor de las necesidades de las personas».

El primer bloque finalizó con la intervención de José Millares, jefatura de hogares de APNABI, y Paola Bodas, coordinadora de programas de Apoyo a Familias, que compartieron sendas páginas web elaboradas para el apoyo a la incorporación de nuevas personas profesionales en ambas áreas. Según destacaron, este sistema permite «que las personas profesionales tengan más información y preparación al acceder al puesto de trabajo», así como un «mayor control de la información y la protección de datos de las personas usuarias» gracias a la digitalización.

Experiencias de vida adulta

Patricia Pérez y Ane Garmendia, técnicas de apoyo sociolaboral de APNABI LAN, expusieron la alianza del centro ocupacional Azlan con la start-up Asimob para el entrenamiento de Inteligencia Artificial como oportunidad de empleo para las personas con TEA. Participan en el meticuloso proceso de anotación de imágenes que ayuda a que los algoritmos de Visión Artificial ‘aprendan’ a reconocer objetos. Pérez subrayó que «aunque inicialmente supuso un reto importante», la valoración es más que positiva: «Nueve personas han conseguido un contrato laboral, y se trata de la actividad del centro que mayor puntuación de satisfacción supone». Garmendia compartió que esta iniciativa permitió el emprendimiento de una persona con TEA que actualmente trabaja directamente para Asimob.

Por su parte, Estíbaliz Fernández, profesional del centro de atención diurna (CAD) de Garamendi, compartió los avances que están realizando en materia de personalización de las actividades para impulsar la autodirección de las persona con autismo usuarias. Mediante entrevistas y una observación personalizada, obtienen información que permite diseñar en el centro una programación más ajustada a los intereses y las necesidades de cada persona: «Apoyamos sus elecciones, no las dirigimos. Esta forma de hacer permite reforzar el valor y la dignidad de cada persona, impulsa su autonomía y libertad de elección así como su participación, tanto en el día a día del centro como en la comunidad».

El encuentro finalizó con la exposición conjunta de Javier Gómez, jefatura de hogares, y Sarai Caneda, técnica de apoyo sociolaboral de APNABI LAN. Gómez compartió las claves del trabajo que APNABI lleva desarrollando desde 2017 en materia de autismo y envejecimiento, «un campo muy poco estudiado» en el que la asociación es «pionera». APNABI ha desarrollado una herramienta que permite un seguimiento del deterioro de las personas para anticipar sus necesidades y abordarlas de forma integral desde los servicios que ofrece APNABI. Resultado de esa observación y estudio es un conjunto de nuevos servicios. Caneda, por su parte, expuso de qué manera colaborativa apoyan a las personas con TEA profesionales a través de él: «Realizamos un seguimiento individualizado, impulsamos la sensibilización a empresas, ofrecemos apoyo psicológico y el entrenamiento a la vida independiente». Asimismo, destacó algunos procesos clave como la jubilación, «que requiere de una planificación por adelantado y el ajuste o la adaptación del puesto de trabajo» para facilitar los proyectos de vida desde la calidad.

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